8 5 1983 Abril-mayo: Metamorfosis , exposición retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, con más de 150 obras, entre óleos, ensamblajes, collages y dibujos. En el texto para el catálogo, José Donoso escribió: La pintura de Amaral, fría y evocativa más que pasional, es pura sensualidad, como si pintara no para que su obra la recogieran los ojos sino todos los sentidos enloquecidos de sensualidad. Es una provocación y una venganza: en ella se conjugan y sintetizan lo que aparentemente son los opuestos, ya que el sexo, además de voluptuoso, es terrible; el amor es peligroso, el placer y el dolor son una cosa, la delicadeza y la brutalidad, la fragilidad y la afrenta, el regocijo y el sobresalto no son más que partes que componen un todo trascendente que, como todo lo de Amaral, lleva en sí la semilla de lo perecedero, la volup- tuosidad y la muerte. Por su parte Jacques Leenhardt, de la Escuela de Altos Estudios de París, concluyó un estudio sobre el artista diciendo: Sin exuberancias, con un trabajo preciso, refinado, obsti- nado, una vida se nombra y se relata en un diálogo con su propio límite. Hay quienes sobre una tela tiran salva- jemente un gesto violento que les sirve para creer que viven. Amaral no hace parte de estos desesperados. Él busca, a través de una larga meditación pictórica, renovar sus objetos y sus maneras sin permitir que se escapen del espectro original, es decir, del misterio que en la obra se está efectuando. O más aún, que se presentan ante nosotros y finalmente, en nosotros, que somos como cuadros en el umbral de la losa de mármol. El crítico Francisco Gil Tovar calificó el estilo de Amaral como “neomanierista”: He hablado de saturnalismo, hermafroditismo, monstruo- sidad, extravagancia, ambigüedad, erotismo, misterio, en- soñación, refinamiento, rareza e ingenio. Pues bien: todo eso constituye la obra de Jim Amaral, que no dudo en calificar de neomanierista (…) Ahora entra en una etapa más seria y penetrante, a nuestro juicio, pero no menos saturnal y desde luego igualmente cuidadosa y elaborada (…) Aparte de señalar el rigor que ha ido desarrollando su estética de la ambigüedad y el misterio, no sobra anotar la alta calidad material de su trabajo minucioso” . Al comentar la exposición, Marta Traba afirmó: Jim Amaral ha ido perfeccionando año tras año su pericia como pintor. La belleza de la decadencia se transmite en su obra mediante técnicas complejas, lentas, difíciles; por eso está condenada a una relativa soledad, dentro del panorama colombiano. Según el crítico colombiano Germán Rubiano Caballero, La obra de Amaral es básicamente ambigua. Y lo es de raíz, es decir, desde el manejo mismo de los materiales. El artista siempre prefiere las técnicas mixtas y tal vez no sea aventurado decir que el grueso de su trabajo es el resulta- do de la unión indisoluble del dibujo y la pintura. (…) La obra de Amaral es, ante todo, una dolorosa re- flexión sobre la condición humana, sobre su ser para la muerte, sobre su ambivalencia sexual (…) Otro aspecto constante de los trabajos de Amaral tiene que ver con lo contradictorio. A primera vista sus obras son oscuras, oníricas o abiertamente irracionales. Sin em- bargo, basta una mirada más atenta para observar cómo detrás de las superficies rugosas y de los fragmentos cor- porales existe una idea ordenadora que cuando menos establece un cuadrado o una base o un pedestal que organizan el espacio trabajado o sirven de fundamento a la imagen representada. Participa como representante de Colombia a la XVII Bienal de São Paulo, Brasil, con un conjunto de obras que tituló La vida es una transformación transitoria . Es incluido en la sección de- dicada a movimientos y artistas que han contribuido significati- vamente al arte contemporáneo: Empleando medios tan diferentes como la cerámica, el ensamblaje, el óleo y el collage , Jim encuentra un lenguaje propio, donde la conciencia de vivir asalta al espectador a través de sus sentidos y los inunda de sen- sualidad. Su trabajo es una constante introspección, en busca de fórmulas nuevas, las que encuentra sin dejar de visualizar su primera idea. Galería Fred Lanzenburg, Bruselas, Bélgica; Arte del Taller, Es- cuela de Bellas Artes de París (colectiva). 1984 Pintura, escultura, dibujos, galería Diners, Bogotá; presenta obras como Sol negro , Tiresias , Frutos de duelo y Mesas inúti- les . En un ensayo, Mario Rivero opinó: Yo diría que a Amaral como pintor no le interesa ser comprendido. Su verdadera tarea no es ejercer su ta- lento para la comunicación. Cuestionándose irrepri- miblemente, casi desde la posición del místico o del moralista, saca a flor una sensibilidad que hace brotar la sangre del lenguaje, de entre los resquicios de un la- cerante erotismo. Amazoni Arte, Nueva York. En la galería Arte Autopista, de Me- dellín, se presenta una exposición retrospectiva de los últimos diez años de su trabajo: Jim Amaral es un artista de pocas palabras, con una obra silenciosa y petrificante que habla por los poros, por la textura, por órganos diferentes de la boca, que palpan otra sexualidad como búsqueda personal, intelectual y poética del artista (…) El erotismo en la obra de Jim Amaral ha sobrepasado el moralismo del público, “por- que lo mío son dibujos muy estéticos, sutiles”. Y con la misma sensualidad que aborda el sexo, aborda la muerte y el silencio que ronda. Hace quince años está embebido en estos temas, “que no son obsesiones”, aclara el artista: “Soy alguien que está mirando de otra forma, para enten- der algo que hace parte de nuestra vida”. 1985 Galería Quintero, Barranquilla. 1986 Pinturas y artefactos , galería Garcés Velásquez, Bogotá; galería Siete-Siete, Caracas, Venezuela; Cien años de arte en Colombia , Museo de Arte Moderno de Bogotá (colectiva, itinerante: Rio de Janeiro, São Paulo, Bruselas, Roma); galería Green, Miami, Estados Unidos. 1987 XIV Feria Internacional de Arte Contemporáneo (Fiac), galería Garcés Velásquez, París (colectiva), presenta diecisiete pinturas recientes de las series De profundis , Memento mori y Puerta lunar . Al respecto, María Lucía Lloreda escribió: Esta obra, realizada casi toda en 1987 , continúa su temá- tica sobre la lucha contra la muerte y alude al misterio de la vida y la ambivalencia con que el hombre enfrenta su THOMAS KAISER Hamburgo, Alemania, c. 1975.
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