7 4 turas en bronce de pequeño formato, vuelve a plantearse la ausencia de libertad mediante grupos humanos sometidos o cercados por fuerzas invisibles, como en Encerrados nueve ( Nine Fenced , 2003 ) o Carrusel de seis ( Six Go-round , 2003 ). A lo largo de más de una década, Amaral ha ejercido plenamente como escultor, tal como deseó hacerlo desde sus comienzos en Colom- bia. Sus figuras expresan profundas inquietudes humanas, ambivalen- cias y temores. En unos casos, manifiestan necesidad de protección y defensa, afán de encontrar un sentido en medio del vacío y la soledad. En otros, emprenden una búsqueda no siempre promisoria de la iden- tidad, luchan trágicamente por la libertad y la trascendencia. En otros más, plantean la ambigüedad de los límites entre lo masculino y lo fe- menino, el paso del tiempo y el consiguiente deterioro, las pulsiones de vida y muerte. A las tres dimensiones involucra una más: la dimensión desconocida, intangible pero perceptible. Y así, los enigmas que estas esculturas escenifican no son otros que nuestros propios enigmas, que sólo pueden responderse provisionalmente mediante la creación de sím- bolos que vienen en auxilio ante dudas acuciantes. Di bu j o s re c i ent e s Simultáneamente con el desarrollo de su trabajo escultórico, Amaral ha creado numerosos dibujos a partir de la década de los noventa, los cuales Página anterior izquierda: Esfinge Nº 6 (con bola en la cara), 2001. 97 × 32 × 30 cm, bronce. JA250. Página anterior derecha: Pecho escrito, 1999. 69 × 27 × 42 cm, bronce. JA203.

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg5NjMy